El sistema tradicional de orden alfabético,
que todo el mundo pensaba que era la única forma de archivar por cientos de años,
era un sistema simplificado de gestión de documentos.
Luego vino el sistema numérico, que nunca
se desarrolló para el público en general, ya que no es adecuado para algunas
compañías. Ese sistema numérico también es un sistema de gestión documental.
Con el tiempo, los administradores de
oficinas lograron la combinación del método alfabético y el método
numérico, logrando así un sistema de gestión documental muy eficaz al que
llamaron alfanumérico.
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